EL POETA DE LA LUNA


Federico García Lorca es uno de los escritores fundamentales de la literatura universal del siglo XX, al que el célebre hispanista Ian Gibson lo describe como «el mejor poeta español de todos los tiempos», un honor sin duda merecido.

En el universo de la literatura lorquiana la Luna sin duda juega un papel fundamental. Simboliza la fuerza externa, ajena a la voluntad humana que guía sus caminos. La luna lorquiana es tan poderosa como macabra. Uno de los mitos que él mismo desarrolló es el de la luna como una bailarina de la muerte. En la apertura del Romancero gitano se ve claramente:


[Romance de la Luna]


La luna vino a la fragua 

con su polisón de nardos.

El niño la mira, mira.

El niño la está mirando.



En el aire conmovido

mueve la luna sus brazos

y enseña, lúbrica y pura,

sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
Resultado de imagen de federico garcia lorca firma



Resultado de imagen de luna lorcaYa no cabe duda de la estrecha relación que la obra de Lorca guarda con el satélite, y es por este vínculo, tan necesario, nacido de la aceptación profunda y solemne que el artista hace de su cultura, el porqué de la ilustración que acompaña a este paseo. Un Lorca revisitado desde una perspectiva actual. La síntesis de dos iconos que guardan un vínculo fundamental con la Luna, que a ambos parece darles los poderes de los que hacen alarde. Es necesario volver a nuestros ídolos.




Página: ROMANCE DE LA LUNA                                                        Jorge Solanas

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